El rol tradicional de la mujer estuvo enmarcado por muchos años, en las tareas de hogar, la crianza de los niños, en el marco de lo privado, trabajos en casa muy arduos y no remunerados; con el paso del tiempo la mujer pasa de lo privado a lo público; a salir de casa, a trabajar en labores remuneradas y se habla de la liberación femenina donde la mujer tiene sus propios ingresos y los administra según su criterio, ya no bajo un control patriarcal.
Sin embargo, pese a la revolución femenina las tareas domésticas continuaron siendo abanderadas por la mujer y en ese orden de ideas se empezó a hablar de la doble jornada laboral de la mujer; una jornada laboral afuera de su casa como obrera y otra jornada laboral dentro de su casa, la mujer empezó a soñar con la utopía de una equitativa distribución del trabajo del hogar. Utopía para la época de la revolución industrial, irrealizable
Científicos sociales coinciden en decir que la mujer trabajadora y la actual mujer teletrabajadora continúan con cargas de genero inequitativas y la mujer debido a mayor carga de responsabilidad de cuidado dentro del hogar presenta en muchos ocasiones, niveles de estrés y sobre carga física y emocional mayores que las cargas de los hombres
El tele trabajo como una oportunidad para conciliarlas responsabilidades laborales y familiares, reducir los tiempos de desplazamiento hacia las empresas y tener flexibilidad en los horarios, es una opción que varias mujeres en el mundo han optado por elegir, y más que todo las madres de niños pequeños, madres que no quieren perderse los mejores años de la vida de sus hijos, cabe resaltar que son madres que quieren enseñar a sus hijos varones que ayudar en las labores del hogar es un honor y un privilegio y de esta manera involucrar a sus hijos en ese sueño del hogar equitativo
Carmen Perez y Ana Maria Galvez de la universidad de Catalunya1 resaltan que aunque existen efectos perniciosos en el teletrabajo por la intensificación de la responsabilidad exclusiva que se le atribuye a la mujer de las tareas domésticas y familiares aparece, también, una intensa sensación de realización personal. El hecho de poder satisfacer sus aspiraciones profesionales y familiares les provoca una profunda sensación de plenitud personal.
Podemos concluir que el Teletrabajo a pesar de tener ciertos matices que pudieran reforzar el rol tradicional de la mujer, la mujer al autogestionarse en un horario flexible, disfruta de una vida de una calidad de vida superior. Al saberse protagonista en la vida de sus hijos y protagonista en la vida laboral.
La sociedad actual esta cambiando en todos los ámbitos y estamos cada vez más cerca de una equitativa distribución de las labores del hogar entre hombres y mujeres, y la mujer teletrabajadora que además es madre al estar presente en la vida de sus hijos es una cocreadora de un nuevo paradigma en el cual los varones contribuyen también desde lo privado, desde el hogar a construir una sociedad perfecta y justa donde todo discurre sin conflictos y en armonía.
Referencia 1. pdf «Sánchez: El teletrabajo:¿ Más libertad o una nueva… – Google Académico»
Escrito por: Debby
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